Palabras teñidas de cierta poética que recorren el estado del mundo en relación al estado de nuestras almas. Pues el mundo es un reflejo de nuestro mundo interior; si está pacificado, iremos sembrando tras nuestras huellas, primaveras.
Este mes la propuesta es decrecer en nuestra ansia de poseer un mundo que ya somos, y no hace falta tenerlo sino serlo. El desapego como pedagogía de una vida que no se aferra sino se celebra mientras llega, sucede y se acaba.