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¿Cómo es posible que hace 40 años el nombre del coronavirus estuviera en una novela de Dean R. Koontz?
La novela «Los ojos de la oscuridad» de Dean R. Koontz contaba cómo un arma biológica, denominada casualmente virus Wuhan-400, llegaba al mundo ‘alrededor de 2020’ y contiene demasiadas coincidencias con la situación que se está viviendo actualmente.
El laboratorio de investigación chino: el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan (WHCDC) trabaja bajo el máximo nivel de seguridad existente a nivel biológico, reservado para microorganismos extremadamente peligrosos. Es curioso que además este laboratorio este sumamente cerca del mercado de donde la versión “oficial” señala que podría proceder el virus y que se dedica, entre otras cosas, a la recogida e identificación de patógenos.
¿Cómo saber cómo surgió esta nueva cepa (2019-nCoV)? Oscuros intereses salen ahora por doquier, incluso se habla de una patente, el nCoV, que supuestamente desarrolló en 2015 el Pirbright Institute, un instituto británico financiado entre otros por Bill Gate. Se habla de muchas otras conspiraciones, pero, frente a esto, debemos ser cautelosos porque podemos acabar viendo enemigos por todos lados.
A estas alturas la población se ha convertido en una experta en virología. Hemos podido ver estas últimas semanas innumerables voces sobre la imagen del coronavirus de Wuhan, que hay que recordar que es uno de los virus que produce el resfriado común, junto con el rinovirus, que afecta a las vías respiratorias y que puede causar neumonía. Es un virus que se llama de ARN, eso quiere decir que su información genética está contenida en una molécula más elemental que el ADN.
Los virus, para reproducirse, necesitan la maquinaria de las células. Son partículas biológicas muy elementales que se sitúan en los límites de la vida. Así que para penetrar en la célula, burlar los controles de defensa, integrarse en el genoma celular y utilizar su maquinaria para producir nuevos viriones, se necesita una adaptación al huésped. O sea, no cualquier virus puede infectar cualquier organismo.
En este momento no hay nada concluido o fiable a lo que nos podamos acoger acerca de este virus en la medicina en general, oficial o no. Curiosamente el Coronavirus se parece al VIH, el famoso virus del SIDA, según se relata en el “pre-print”, de este Instituto inglés, un método de pre-publicación que permite a la comunidad científica valorar un estudio, pero, repetimos, nada de momento es fiable.
Sea provocado por bioterrorismo o no, el asunto es no ponerse demasiado especulativo ni caer en la paranoia. Y, aunque se pueda estar ocultando la verdad, ya que incluso las cifras reales pueden ser mucho más elevadas de lo que se está anunciando -algunas fuentes estiman que son más de cien veces más altas-, tenemos que recordar que entre el periodo del 2017 al 18, solo en España, fallecieron 997 personas de gripe, lo que señala que el coranavirus parece ser menos letal.
Llama la atención la reacción del gobierno chino, construyendo un hospital para mil personas en unos días. Un claro puñetazo en la mesa, un mensaje al exterior demostrando su poderío tecnológico, y otro al interior respondiendo a una población que demanda un estado fuerte, capaz de cuidar de su pueblo con eficacia. Aunque más tecnología no significa necesariamente más eficacia.
Lo que tenemos que preguntarnos es por qué nos preocupamos tanto como sociedades por epidemias relativamente letales, mientras obviamos la del ictus por la contaminación de las ciudades o que mueren 800 personas al año en el trabajo. ¿Es un miedo atávico, inducido o ambos?
Lo que sí puede ser motivo de alarma son las consecuencias de cómo se está afrontando la epidemia. Por un lado, se está utilizando como arma en la guerra comercial, mediática y política contra China. Algo, que como decíamos, está echando leña al fuego racista que recorre Europa y el mundo. Sabemos de los intereses ocultos de un lado y de otro. Así que debe primar la prudencia sobre todo.
Reforzar el sistema inmunitario
Pero mientras se dirimen todas esas investigaciones del origen, los intereses tras la aparición de este nuevo virus, lo más importante ahora es potenciar lo que se puede llamar inmunidad adaptativa, sobre todo frente a personas con inmunología deprimida, baja deteriorada. El sistema inmune tiene que tener la capacidad de distinguir lo propio de lo ajeno. La respuesta adaptativa y la mejor defensa contra cualquier virus es la inmunidad innata, la que sube la fiebre, que estemos cansados y nos quedemos en cama.
Lo más coherente es tener nuestro sistema inmune fuerte, tanto para un coronavirus como para cualquier otro patógeno y esto es algo que en la medicina natural viene diciendo desde la antigüedad. Crear un terreno, es decir tener nuestro terreno biológico suficientemente fortalecido para que pueda gestionar todo lo que acontece desde su farmacia interna, al fin y al cabo la más exquisita de todas las inteligencias es la que actúa desde la propia dinámica de la vida y que sabe solventar cualquier amenaza.
A continuación recomendamos un protocolo que puede ser suficiente sin que nos volvamos locos tomando cien mil cosas y entrando en nocivas paranoias de invasión o conspiración. Y no es otra cosa que lo de siempre, siempre, siempre.
Tener el colon limpio, tomar fermentos, alimentos fermentables, comida que van a la fermentación no putrefacción. Para tener la primera línea de barrera fortalecida ante agresiones de patógenos, ya que esta primera línea prioritaria supone el 80% de nuestro hábil sistema inmune. Recuerda, el terreno lo es todo. Otro segundo órgano vital después del colon, es el Hígado, al que deberemos tonificar con la presencia prioritaria de hortalizas frescas preferentemente de sabor amargo y frutas orgánicas que además permiten el buen funcionamiento de los sistemas defensivos del organismo.
El botiquín natural
Como sabemos las plantas poseen probadas propiedades antivíricas, entre las que podemos recomendar estas si hubiese que implementar un protocolo:
El orégano, que incluye en su composición sustancias antivirales como el carvacrol. Puedes añadirlo a salsas, sofritos y ensaladas. Puedes preparar también un aceite aromatizado con orégano para tenerlo siempre a mano en tus recetas.
La salvia es una planta aromática que se ha utilizado tradicionalmente para tratar infecciones virales. Las propiedades antivirales de la salvia se atribuyen principalmente a compuestos llamados safficinólido, que se encuentran en las hojas y el tallo de la planta.
Nuestra albahaca sagrada o tulsi potencia la inmunidad, lo que puede ayudar a combatir las infecciones virales. Aumenta los niveles de células T helpers y killers que ayudan a proteger y defender tu cuerpo de las infecciones virales.
El hinojo es una planta con sabor dulce que puede combatir ciertos virus, gracias a compuestos como el transanetol. Se consumen las hojas y las flores frescas, que se pueden picar y añadir a ensaladas y salsas. Con una cucharadita de semillas secas (5 g) se puede preparar una infusión durante 10 minutos. No se recomienda a niño ni a embarazadas.
El ajo es un alimento antivírico por excelencia. Su eficacia contra los virus se ha probado en estudios en probeta. Conviene consumirlo crudo para aprovechar sus cualidades. Si lo vas a cocinar, pícalo media hora antes para que interactúen sus principios activos y enzimas. De esta manera conservará buena parte de sus propiedades después de ser cocinado.
La equinácea es una de las plantas más utilizadas en fitoterapia para estimular la inmunidad. Aunque se pueden tomar las flores o la raíz, lo más recomendable es recurrir a presentaciones como comprimidos y tinturas con contenido estandarizado.
La regaliz es una de las plantas más específicas para luchar contra los virus de la gripe y la neumonía. Algunos estudios encontraron que, en probeta, sus principios activos eran capaces de eliminar el virus del SARS, similar y más grave que el coronavirus de Wuhan. Esta planta forma parte de la fórmula tradicional china que demostró su eficacia para prevenir la infección con el SARS, según un informe publicado por la OMS.
El jengibre posee una impresionante actividad antiinflamatoria y antiviral gracias a su concentración de compuestos como los gingeroles y la zingerona, que inhiben la replicación de los virus y que penetren en las células sanas.
El milagro de la Plata molecular
Pero si tuviéramos que recomendar el mejor antibiótico natural de la historia de la medicina y el mejor antiséptico sin duda alguna sería la plata molecular o plata coloidal, aunque preferentemente yo utilizo y aconsejo la molecular. El uso de la plata en el ámbito médico ha sido documentado a lo largo de la historia por personalidades como Hipócrates, médicos persas, árabes, alemanes y también por médicos actuales como el profesor David A. Revelli, de la Universidad de Brigham Young junto con el microbiólogo Ron V. Leavitt quienes en 1999 han realizado test avanzados de bacterias expuestas a la plata coloidal.
En nuestro pasado más reciente, en la I Guerra mundial, el uso de la plata coloidal se popularizó mucho para combatir infecciones en las heridas de guerra, al igual que ya se hizo en el imperio romano.
No sólo los romanos sabían del poder conservador anti-bacteriano de este metal, aún podemos recordar que las cuberterías de plata se usaban en las casas más pudientes. El motivo no sólo era ornamental, también las usaban por prevención y salud.
La NASA, para equipar sus naves espaciales, eligió un sistema de tratamiento del agua a base de coloides de plata. Los rusos también utilizan la argent colloïdal para esterilizar el agua de sus cosmonautas, a bordo de sus estaciones espaciales.
La brutal epidemia que afecto en Filadelfia en 1976 fue llamada legionelosis. La bacteria, legionella pneumophila, identificada por el Profesor Brenner en 1979, es de origen hidrotelúrico. Para combatirla, la mayoría de los grandes hospitales estadounidenses instalaron sistemas de ionización de plata.
La plata coloidal es oficialmente reconocida por su eficiencia en el tratamiento del agua. Elementos de filtros coloides de plata utilizados por la NASA desde hace años para curar y prevenir patógenos es bien conocido como el mejor antibiótico.
En 1884, a Franz Crede, uno de los más célebres obstetras alemanes del siglo XIX, al observar que cierta cantidad de niños nacían ciegos después de haber sido expuestos a gérmenes venéreos durante la expulsión del útero, se le ocurrió instilar exitosamente en los ojos de los recién nacidos una solución al 1 % de Nitrato de plata. Al instaurar esta práctica, la tasa de oftalmia de los recién nacidos cayó al 0,2 %. En consecuencia, esta práctica se volvió obligatoria en la mayoría de los países europeos y en los Estados Unidos. Se continuó incluso después de la aparición de los primeros antibióticos en 1940.
Para quien tenga reticencias aún quiero reseñar que el uso médico del metal plata tiene una larga tradición científica.
– Los macedonianos aplicaban placas de plata sobre las heridas para favorecer una cicatrización sana y rápida.
– Hacia 400 AC, Hipócrates enseñaba que la flor de plata, un polvo ultra fino, cicatrizaba las heridas ulceradas.
– En 69 AC, el Nitrato de plata era bastante usado en la farmacopea romana.
– En 78, Plinio el antiguo, en su historia natural, escribió que la plata posee propiedades terapéuticas y se revela «muy eficaz para la cicatrización de las heridas, cuando se incorpora al yeso.»
-Jabir Ibn Hayyan, según Gerber (721-815), fundador de la escuela árabe que asocia farmacia, astrología y química, considerado por algunos como el padre fundador de la química moderna, autor de unos dos mil tratados, informa que el «nitrato de plata» cuenta con propiedades terapéuticas muy poderosas.
– Ibn Sînâ, conocido como Avicena (980-1037), médico y filósofo persa, utilizaba la plata para purificar la sangre, bajo forma de polvo y píldoras plateadas, entre otras, el ancestro de la plata coloidal.
– Philippe von Hohenheim, conocido como Paracelso (1493-1541), uno de los más célebres alquimistas y médicos del Renacimiento, considerado como el padre de la homeopatía y el precursor de la toxicología, enseñaba el uso médico de la plata.
– Los médicos chinos usaban la plata para fabricar tónicos a base de plantas y para tratamientos de infecciones, supuraciones crónicas, heridas sépticas, fiebres y sinusitis.
– La medicina tradicional India, ayurveda, utiliza los coloides de plata para el tratamiento de fiebres crónicas, inflamaciones intestinales, hiperactividad de la vesícula biliar y menorragias.
Además hay que reseñar que no tiene efectos secundarios. Un prodigio de la naturaleza, pero que tuvo que ceder pronto el lugar a nuevas substancias, que parecían querer revolucionar la medicina. La era de los antibióticos patentados por los laboratorios farmacéuticos acababa de iniciarse. El uso de los antibióticos era más simple y costaba mucho menos que los productos a base de plata así que la plata coloidal fue olvidada con el tiempo. Pero desde este artículo volvemos a romper una lanza frente a este prodigio de la naturaleza.
La plata “ataca” a los gérmenes mediante oxidación, actuando de forma similar a los glóbulos blancos del sistema inmune, los cuales se valen del peróxido de hidrógeno como arma arrojadiza frente a los patógenos. En ambos casos los invasores se encuentran indefensos frente a los radicales libres que inevitablemente acaban por destruirlos. Los microbios, al ser organismos menos evolucionados, carecen de los dispositivos que protegen de la oxidación a las células del cuerpo humano. Por el contrario, las bacterias sí que son capaces de ingeniárselas para impedir que los antibióticos actúen en los receptores de sus membranas celulares, volviéndose inmunes a los antibióticos.
Cada vez son más las cepas de bacterias que han generado resistencia a los antibióticos. Estas superbacterias suponen una amenaza global para el ser humano. Los expertos coinciden en que la era de los antibióticos ha llegado a su fin. Resulta urgente adoptar soluciones alternativas, económicas y sin efectos secundarios como la plata. En numerosas ocasiones los iones de plata resultan efectivos incluso en infecciones no resueltas tras reiterados tratamientos con antibióticos convencionales.
Recuerda, recuperar la sabiduría de la medicina natural que potencia la inteligencia de la vida es una gran instrumento para afrontar esta nueva circunstancia que los tiempos agitados nos traen, en medio de esa confusión generalizada acerca de los intereses que realmente mueven al mundo y para los que no existen fronteras y que nos sirve para recordar lo que hemos perdido en el camino y luchar por recuperarlo.
Rosa Martos Orihuela de Salud Viva