Conferenciante, escritor y editor de la revista Resurgence, un referente del mundo ecologista, Satish Kumar vive en Inglaterra, donde ha creado la Small School, una escuela secundaria pionera en la que los niños aprenden “ecointeligencia” de la naturaleza. Es además cofundador y director de programas del Schumaker College, un centro educativo residencial de prestigio internacional en el que se enseña a estudiantes venidos de todo el mundo una nueva visión de la realidad a través de los valores ecológicos.
Satish Kumar es un referente a nivel internacional dentro del universo del activismo ecológico. Nació en la India en 1936 y es un hombre tanto de palabra como de acción. Con 25 años decidió recorrer el planeta a pie y sin dinero, en un acto por la paz que demostrase a los pueblos y gobiernos que la confianza y las actitudes pacíficas que aprendió de Mahatma Gandhi eran las herramientas para resolver los problemas del mundo. De India hasta a Nueva York atravesando desfiladeros, desiertos, tormentas, Oriente y Occidente, se entrevistó con todos los líderes políticos del momento, demostrando lo que la voluntad y la fe de un hombre pueden lograr.
Actualmente Kumar, alma mater y director de varios proyectos educativos en los que se enseña a los más jóvenes los valores ecológicos, es doctor honoris causa de educación por la Universidad de Plymouth y de literatura por la Universidad de Lancaster. También es cocreador, junto a Vandana Shiva, de Bija Viyapeeth (“escuela de la semilla”), una universidad internacional para la vida sostenible en la India desde la cual difunden los valores de Gandhi. Satish Kumar está entregado a una triada para él indivisible: Tierra, Alma y Sociedad.
¿Qué es la naturaleza para usted?
Todo lo que nace y vive es naturaleza. La palabra naturaleza significa nacido. La Tierra es naturaleza, la humanidad es naturaleza. La distinción entre la naturaleza que está allí fuera en las montañas y los ríos, y el humano que está dentro de su casa es un error. Somos naturaleza, y si la destruimos nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Si acabamos con los ríos y los bosques estamos cortando la rama sobre la que nos sentamos. Toda la vida es interdependiente; nuestra vida se mantiene de la tierra, de la comida que tenemos, del agua que bebemos y del aire que respiramos, por eso somos naturaleza.
¿Cree usted que la naturaleza tiene un aspecto sagrado?
Absolutamente. La palabra sagrado viene de sacrificio. La naturaleza es sagrada porque mantiene la vida: la vida se entrega para dar nueva vida. Una madre experimenta el dolor y se entrega al sacrificio para dar la vida a su hijo. En la naturaleza sucede lo mismo: un manzano da sus frutos para que nos alimentemos, y en ese sentido también el árbol se da a si mismo para el mantenimiento de la vida y por eso es sagrado. Una bellota es una semilla que entra en el suelo para morir y dar su vida para crear un árbol. La palabra sacrificio no es mala. En nuestro lenguaje moderno vemos al sacrificio como algo negativo, pero el sacrificio es dar nueva vida. La naturaleza es sagrada porque siempre está dando nueva vida.
¿Cree que Occidente está preparado para entender esto?
Quizá aún no, porque Occidente todavía vive con la adicción a una filosofía que interpreta el mundo de manera dualista y separa a la naturaleza de los humanos, a la mente de la materia. Esta separación se ha convertido en una adicción, en una obsesión. En Occidente tenemos miedo a abrazar la unidad de la vida y este miedo es nuestro mayor problema. Las cosas pueden modificarse muy rápidamente si el miedo desaparece. Las condiciones del mundo están cambiando, se está demostrando que los seres humanos no están a cargo de la Tierra y que no pueden controlar la naturaleza, que lo que le hacemos a ella nos lo hacemos a nosotros mismos. Quizás en el siglo XXI el calentamiento global forzará a Occidente a modificar su visión. Los naturalistas y científicos no-dualistas están trabajando desde dentro para cambiar las cosas. Soy optimista y espero que el cambio llegará. Pero venga o no, hemos de trabajar por él.
Ecología utilitaria y reverencial
¿Podría describir la ecología reverencial?
Hay dos tipos de ecología: la utilitaria y la reverencial. En la ecología utilitaria proteges el árbol porque es útil para ti; el mundo natural se juzga en función de su utilidad para los humanos. En la ecología utilitaria los humanos ocupan el centro y todo el mundo natural, el 99.9% de cuanto existe, está para satisfacer nuestras necesidades. Por el contrario, la ecología reverencial siente reverencia por la naturaleza, la considera sagrada y valiosa en sus propios términos. Igual que nosotros creemos en nuestros derechos humanos, la ecología reverencial cree en los derechos de la naturaleza a existir por su propio mérito. Los ríos y las selvas tienen su derecho a mantenerse limpios, no contaminados. Si la ecología utilitaria cree en los derechos humanos, la reverencial cree en los derechos humanos equilibrados con los derechos de la naturaleza. En la ecología reverencial consideramos que no podemos conocer la naturaleza completamente, porque ésta tiene sus misterios y tenemos que vivir con la incertidumbre y el misterio. En la ecología reverencial hay humildad, mientras que la utilitaria lleva implícita la arrogancia de los seres humanos. Cuando respetas el misterio de la naturaleza estás en armonía con ella, mantienes una relación sin intentar controlarla ni dominarla. La ecología utilitaria tiene un aspecto de propiedad de la naturaleza: la tierra es mía, el río es mío, el bosque es mío, yo poseo esto y lo otro. La ecología reverencial es la ecología de la relación; va del concepto propiedad al de relación, y esa es una gran diferencia.
¿Cuál es la clave para que seamos sociedades más ecológicas?
La educación de nuestros niños. En este momento nuestros hijos son ecológicamente analfabetos. Pueden citar 20 marcas comerciales como Coca-cola, McDonalds, Nike o Shell, pero si los llevas al bosque y les pides que te digan 20 nombres de árboles no los conocen. Hace falta introducir en las escuelas la eco-inteligencia y la eco-alfabetización. En cada escuela, por lo menos un día a la semana, los niños deberían salir y aprender de la naturaleza, no sólo sobre ella sino de ella. Cuando aprendemos sobre la naturaleza, ésta es un objeto que estudias; cuando aprendes de la naturaleza, hay una humildad ecológica y la naturaleza es tu maestra. Esta es la forma de traer el cambio y provocar una revolución ecológica.
También tenemos que entender que hemos entregado todas nuestras habilidades y nuestro conocimiento a las máquinas y nos hemos hecho dependientes de la economía del petróleo, adictos al petróleo, y por eso actualmente la especie que está en mayor peligro de extinción es la sociedad occidental. Deberíamos trasmitir que este tipo de sociedad no es el modelo a imitar en el mundo entero. Miles de personas en el planeta trabajan la tierra cultivando su comida de manera orgánica, manteniendo las habilidades que les permiten vivir sin petróleo, construyendo sus casas, sus ropas y zapatos. Sigo siendo optimista y creo que hasta las sociedades occidentales pueden volver a ser sociedades sin petróleo. Tenemos abundantes recursos naturales para usar en su lugar; la primera fuente de energía es el sol, la segunda el agua, y la tercera el viento. Podemos volver a ese tipo de energías naturales e incentivar de nuevo la energía humana, restaurando la importancia de la agricultura y la producción de comida. Necesitamos rediseñar nuestro sistema para poder tener una buena vida, buena comida, buena agua, y la vida basada en el petróleo y en las máquinas no es una buena vida. Desde fuera puede que parezca que la sociedad occidental es muy rica, pero por dentro produce agotamiento y depresión en su gente.
¿La globalización es hoy el gran enemigo?
Tenemos que trasmitir que hay una contradicción, una inconsistencia básica en las ideas que plantea el G-8 sobre los problemas del cambio climático y el desarrollo de África. Quieren que el desarrollo africano se articule a partir de la globalización de la mecanización y de la industrialización de la agricultura, lo que implica construir cientos de carreteras y otras tantas actividades que van a incrementar el calentamiento global. Tony Blair y los otros líderes pretenden que la globalización se incremente y que el calentamiento disminuya, pero la globalización es la causa del calentamiento global porque significa producción y distribución en masa de comida y otros productos, y ambas cosas se basan en el petróleo que causa gases de efecto invernadero. Hay que señalar estas contradicciones para poder contemplar otras alternativas.
La influencia de Gandhi
¿Qué camino ha recorrido para hasta llegar aquí?
El proceso de mi vida ha sido muy influenciado por Mahatma Gandhi, cuyo trabajo consistía en integrar la ecología y la economía. Aprendí de él que podías vivir una vida feliz y buena sin tener muchas posesiones, que la cualidad es tan importante como la cantidad. El mundo moderno de la ciencia y la tecnología pone el énfasis en la cantidad y las antiguas tradiciones ponían énfasis sólo en la calidad. En cambio, Gandhi decía que calidad y cantidad deberían ir juntas, espíritu y materia unidos, porque sin espíritu la materia no tiene vida y sin la materia el espíritu no sirve para nada y necesitamos la materia para manifestar el espíritu.
Uno de los términos de la filosofía que transformó a la India de Gandhi fue el concepto de economía domestica, en sánscrito “Swadeshi”. ¿Qué significa?
Literalmente el término sánscrito que usaba Mahatma Gandhi era Swadeshi-sarvodaya (mejora de las condiciones sociales de todos). Consiste en que cualquier cosa que tu puedes utilizar, comida, vestido o vivienda, debería venir de un lugar lo más próximo posible a tu casa; tu comida debería proceder de un radio de 10 millas, y la ropas y los muebles de 50 millas. Quizá algunos materiales para la casa, el calzado y ciertos elementos tecnológicos pueden venir de un radio de 400 millas, porque lo que no puedes conseguir localmente puedes intercambiarlo: tu tienes café y yo te, podemos intercambiarlos desde una distancia larga pero no comerciar con la misma cosa. En Swadeshi si yo tengo mantequilla no puedo comprar mantequilla más barata que viene de lejos y vendértela a ti más cara. El comercio tiene que estar limitado y la economía local debe promoverse. Creo que muchas de nuestras necesidades deberían ser satisfechas localmente.
¿Como podemos volver a unir economía y ética?
En realidad no están separadas. La separación se produjo por un malentendido. Ecología y economía tienen la misma raíz griega “ecos”, que significa casa u hogar. Economía significa la gestión de la casa, y ecología su conocimiento. Si no conocemos la casa, ¿cómo vamos a gestionarla? La ética también es parte de la ecología, el “ethos” de la casa, su cultura o espíritu. Ecología, economía y ética forman una unidad. En estos momentos nuestro mundo ha sido dominado por la economía, y la ecología y la ética se han convertido en sus sirvientes. Por eso vemos tanta destrucción y corrupción de la casa en la que vivimos. Es esencial que invirtamos los términos y pongamos la economía al servicio de la ecología.
Cuando se analiza la crisis que vivimos y vamos quitándole capas, parece que al final lo que queda es el egoísmo humano…
Hay una pequeña cantidad de egoísmo humano, pero la mayor parte es interés comercial que explota el egoísmo humano. Tenemos que volver a una forma de vida más natural donde el consumismo no sea tan dominante. Pensamos que mi interés es distinto del tuyo, que estamos separados, y esto es una ilusión porque mi interés depende de tu interés. Tú eres, por eso yo soy. La Tierra es, entonces yo soy. El aire, el agua y el sol están ahí para que yo sea. Mis padres y ancestros eran, por eso yo soy. No somos seres separados sino una red de relaciones. Esta separación es sólo una ilusión. La idea que hemos tenido al unir tres conceptos como son Tierra, Alma y Sociedad es la de crear una visión del mundo holística y mostrar que el universo es un maravilloso mosaico tejido intrincadamente con millones de colores, patrones y cualidades, y a la vez es un solo universo. “Uni” significa uno; el universo es un único y gran poema que contiene muchas hermosas líneas, muchas bellas palabras. Necesitamos diseñar un nuevo futuro. La diversidad y las diferencias no son un problema, crean animación y exuberancia. Esta es la danza entre unidad y diversidad representada en la imagen hindú del Shiva danzante en un circulo de fuego, la energía que hace que el mundo siga. La danza y el que danza no pueden estar separados.
Vivir localmente
Nuestro egoísmo genera un exceso de consumo, necesidades que para satisfacerse acaban siendo un gran problema para el medioambiente. ¿Cómo podemos aprender a limitarlo?
En este momento el exceso de consumo es fácil porque tenemos el petróleo barato y se puede usar para producción y transporte masivos. Cuando no haya petróleo tendremos que vivir más localmente. Estamos alcanzando el límite y el precio va a continuar subiendo. Y aunque el petróleo fuese barato, hemos liberado demasiados gases que producen el efecto invernadero en la atmósfera y ésta ya no puede absorber más. Entonces Swadeshi se convierte en un imperativo: necesitamos cambiar. Y como importas productos de muy lejos también estás importando la mano de obra barata y esto es otra injusticia. Swadeshi es una economía basada en la justicia, el auto-abastecimiento y el equilibrio ecológico.
¿Por qué hay tan poca gente despierta ante la magnitud del problema?
No lo creo así. Hay muchas personas que están despiertas pero que no son famosas, alguna gente africana que vive de la tierra, que ama a sus animales y permanece en contacto con los elementos están despiertos pero nadie los conoce. También hay mucha gente en Ladack, en el Tíbet, que viven una vida sencilla y son profundamente espirituales y ecológicos, aman la tierra y están despiertos, pero no sabemos nada de ellos. Muchos de los indios norteamericanos estaban despiertos pero no eran famosos. También hay gente aquí, en Mallorca, que vive sencillamente cultivando la tierra, recolectando las olivas, haciendo buena comida, criando a sus hijos… Para estar despierto no tienes que dar charlas ni escribir libros; estar despierto es ser feliz con lo que tienes. El gran problema es ese pequeño grupo de personas que poseen las riquezas y esgrimen un discurso que funciona y eso les da poder: son los políticos, los líderes industriales y económicos. Las masas ordinarias no causan tanto problema y en ese sentido necesitamos convertirnos en seres más ordinarios.
¿Cree que estamos dispuestos a renunciar a nuestro estilo de vida?
La cuestión no es renunciar, sino abrazar un nuevo estilo de vida que es mejor que el que tenemos ahora. Si alguien tiene un modo de vida y le pides que lo suelte, no lo va a dejar por las buenas. Pero lo hará si le ofreces algo mejor. Estamos ofreciendo una mejor forma de vida, con más paz, más armonía, más tiempo, más amigos, más cerca de la naturaleza. No estamos pidiendo a la gente que vayan hacia atrás, sino que se muevan hacia delante, hacia una vida más despierta, pacífica y feliz. La vida moderna conlleva estrés, ansiedad, no hay tiempo y sí muchos problemas. Por eso si articulamos bien la alternativa, la gente va soltar lo que tiene a favor de un modo de vida mejor.
¿Cómo cree que se va a manifestar esta forma de vida alternativa?
Primero tenemos que mostrar buenos ejemplos donde se integran los sistemas ecológicos y económicos. La mayoría de los trabajos ecológicos están en libros, pero no hay apenas trabajos concretos. La gente necesita verlos y no van a creer en la alternativa sólo por leerse un libro. En este momento hay algunos proyectos, pero necesitamos muchas más iniciativas, más grandes y que funcionen, porque conocemos los principios de la ecología pero falta aplicarlos. Un buen ejemplo es el movimiento “slow food” o comida lenta, que comenzó como una respuesta en contra de la comida rápida. En una ciudad italiana se iba a inaugurar un McDonald’s de comida rápida y alguien abrió un restaurante de comida lenta, diciendo: “Ven, disfruta de una buena comida y un buen vino, pero tómatelo con tiempo”, y ahora hay miles de empresas que han adoptado esta idea. A raíz de eso han surgido movimientos en Italia como la “arquitectura lenta”, que dice: “si vamos a construir un edificio, lo vamos a hacer bien y despacio, y por lo tanto bello”.
Las ideas no son suficientes, desde ellas debemos llegar al compromiso. Podemos saber lo que es bueno, pero luego no queremos comprometernos. El compromiso requiere una actitud que considera la dificultad como un reto; tienes que confiar en ti mismo, confiar en que tienes la capacidad que necesitas para mejorar la situación y resolver los problemas. A veces minusvaloramos nuestra capacidad. La mayor necesidad en estos momentos es ganar de nuevo esa confianza en nosotros mismos.
¿Cómo viviremos dentro de 50 años?
Más cercanos a la Tierra, sembrando y cultivando nuestra propia comida. Ahora la agricultura depende del petróleo barato y los alimentos se traen de muy lejos gracias a él. Cuando se acabe el petróleo tendremos que cultivar en el sitio donde consumimos. El final de la era del petróleo traerá cambios profundos. Tenemos un desafío: crear un nuevo estilo de vida sin utilizar fuentes energéticas que destruyen el planeta. La transición puede ser suave si la iniciamos ahora. Si nos resistimos y nos apegamos a nuestra actual forma de vida, sufriremos. La era del petróleo dará paso a la era de la búsqueda del sentido de la vida y nos daremos cuenta de que la imaginación, la creatividad y los valores espirituales satisfacen más que los objetos.
Entrevista realizada por Beatriz Calvo para AgendaViva (F. Félix Rodríguez de la Fuente)
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Muchas gracias.