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3 noviembre, 2021Las ciudades se alejan cada vez más de la naturaleza, la demanda de superficie urbanizable provoca un déficit de áreas verdes, faltan pulmones que ayuden a respirar el aire cada día más contaminado del medioambiente urbano. Queremos proponeros una pequeña acción natural, sumarnos al fomento de la agricultura ecológica a escala doméstica, que convirtáis vuestros balcones en una ofrenda para vuestra salud, para vuestros ojos y los de vuestros vecinos, que os comprometáis a sumaros a restaurar la diversidad biológica, pues es un reto de todos y cada uno de nosotros ejercer un cambio de rumbo hacia ciudades más habitables. En esta primavera que refleja la belleza de la manifestación os invitamos a darle espacio en vuestras vidas, a un pequeño huerto o “balcón comestible”. Replanteemos nuestros espacios de cara a una actividad más comprometida y ecológica.
Para plantar un huerto urbano no hace falta más que un espacio soleado y un recipiente adecuado, una jardinera, un tiesto, un bote de pintura reciclado, una caja de plástico o una bañera vieja podrían ser suficiente para empezar. Cultivar hortalizas en la ciudad es una actividad sencilla, sin embargo, para facilitarlo todavía más os proponemos paso a paso como hacer un balcón comestible con el método de Gaspar Caballero, un agricultor ecológico de Mallorca, cuyos huertos sorprenden no sólo por la exuberancia de las plantas, la fuerza de sus colores, sus formas sin tacha, sino por la alegría que emana el reino vegetal en manos de este artesano del huerto natural. El método tan eficaz como sencillo nos permitirá obtener hortalizas ecológicas en un mínimo espacio de tierra, con un mínimo consumo de agua y un mínimo trabajo de siembra y mantenimiento.
Gaspar propone cultivar en una cubeta de cultivo o pastera, este recipiente se puede conseguir a través del propio Gaspar, o construirlo si se es minimamente habilidoso, también hay otros modelos en el mercado donde elegir. El reportaje va acompañado de imágenes que permiten estudiar la Pastera, cuyas dimensiones y diseño hace posible ubicarlo en espacios reducidos, tanto en el interior como en balcones, patios, terrazas o en la azotea comunitaria. El huerto urbano así concebido nos permitirá cultivar alimentos biológicos de primera calidad, directamente de la tierra al plato. Salud para el cuerpo, ayuda para el medioambiente. Llevaremos a nuestro hogar una actividad educativa, creativa, placentera y reequilibrante, no hay mejor antiestrés que sentir las manos en la tierra. Los balcones, terrazas, y galerías se llenarán de color, de aromas a plantas y vegetales comestibles. Y por último formaremos parte de una revolución verde que ya no puede esperar. Alguien da más.
Luz y orientación
Interesa que la parcela, balcón o terraza esté orientada al sur o, por lo menos, que reciba varias horas al día de luz solar, ya que las plantas necesitan sus radiaciones para realizar correctamente la fotosíntesis, de la que depende su desarrollo y el contenido de nutrientes y vitaminas que aprovecharemos al consumirlas.
La pastera
Las dimensiones de la pastera son de 85 cm de alto con las patas, y la cubeta que contiene la tierra es de 1,40 de largo por 60 cm, de ancho y 30 cm de alto. Suspendido sobre una patas que harán muy cómoda la manipulación en nuestra terraza.Es importante asegurarnos de la seguridad y la resistencia de nuestros balcones ya que entre el recipiente, la tierra, el compost y el agua de riego se acumula unos 100 kg de peso (aproximadamente, el peso de dos personas.) También vigilaremos la correcta impermeabilización de los recipientes, procurando que los orificios de drenaje instalados evacuen en un recipiente dispuesto de forma que pueda recoger el agua sobrante del riego.
Una vez instalada la Pastera el primer paso será añadir una capa de piedras de unos 5 cm. para drenar, a continuación una capa de tierra de unos 15 cm. Sobre ella pondremos una cobertura de compost de unos 5 cm. que pondremos como acolchado, sin mezclar con la tierra. El compost es el mejor alimento que podemos dar a la tierra. Es una forma sencilla económica y ecológica de devolver a la tierra parte de lo que, en un momento, hemos obtenido de ella. Hay muchas maneras de hacer compost ( en el numero anterior de AgendaViva dimos algunos consejos para realizarlo en casa, Amigos de la tierra tiene mucha documentación sobre el tema y hay estupenda bibliografía para aprender a elaborarlo) Aunque podemos conseguir compost y abonos orgánicos en el comercio, resulta muy interesante su elaboración a partir de los restos orgánicos domésticos; para ello podemos fabricarnos un sencillo compostero o adquirir alguno de los comercializados para tales fines.
A continuación colocaremos las mangeras de riego por exudación, que podemos encontrar en cualquier centro de jardinería
La siembra
Se efectúa más densamente de lo que la horticultura tradicional establece (ver fotografías). Las plantas sólo necesitarán el espacio justo para su desarrollo, de forma que, una vez , crecidas, la hojas se toquen unas con otras, creándose a sí un microclima y conservándose por más tiempo la humedad del suelo con el consiguiente ahorro de agua y trabajo para mantener libre de “malas hierbas” la Pastera. Es recomendable sembrar plantas aromáticas alrededor de la Pastera, pues atraen insectos beneficiosos, que forman parte del ciclo inteligente y armonioso de la naturaleza.
Aunque siempre puede empezarse con semillas comerciales estándar, lo más interesante es procurarse semillas con certificación de producción ecológica, que, por suerte, ya empiezan a estar disponibles en nuestro país. También podemos recurrir a los contactos con agricultores ecológicos y al intercambio de semillas que promueven algunas asociaciones o grupos de agricultura ecológica.
También podemos realizar semilleros domésticos en pequeños recipientes reciclados -botes de yogur, cajas de envases desechables, etc.- y mantenerlos en el alféizar de la ventana de alguna habitación que le dé el sol y esté caldeada. El trasplante es una operación delicada pero fácil de realizar, en la que lo más importante es dañar lo menos posible las raíces y que no falte el riego hasta su nuevo enraizamiento.
El riego.
Con el sistema de riego exudante, la cobertura de compost y la siembra más densa, gastaremos menos agua y obtendremos una humedad más constante y uniforme que otros sistemas de riegos. Pronto aparecerán nuestras trabajadoras lombrices que mejoraran la estructura del suelo, drenando la tierra con la excavación de sus galerías y, al mismo tiempo, fertilizándola gratuitamente con sus valiosísimos excrementos. El conjunto formado por el compost, la humedad constante, los insectos, los microorganismos, etc., convertirán en muy fértil la tierra que estamos cultivando y las plantas que crezcan en ella serán robustas, más fuertes y resistentes a plagas y enfermedades. La experiencia nos lleva a aconsejar un sistema de riego localizado (tubos de goteo con los goteros intercalados cada 30 o 40 cm o mangueras de exudación) y un sencillo programador de riego (de venta en tiendas de jardinería) que nos permite conectar el sistema a un grifo y que las plantas se rieguen quince minutos cada día o media hora cada dos días. Este sistema tiene la ventaja adicional de que nos permite ausentarnos durante largos períodos sin que por ello sucumban nuestros cultivos por falta de riego.
La Rotación.
Gaspar recomienda un ciclo de rotación de cuatro años. La rotación es la sucesión de distintos cultivos en un mismo terreno. Si cultivamos plantas de la misma familia botánica año tras año en el mismo lugar, propiciaremos que las enfermedades sean más fuertes y persistentes. Por el contrario con una buena rotación, al plantar distintas familias de plantas con necesidades nutritivas diferentes , además de evitar en lo que cabe estas posibles enfermedades, pues se evita la especialización de ciertos parásitos en tal espacio beneficiamos la tierra y los sucesivos cultivos.
Según este método lo ideal sería disponer de cuatro pasteras para poder ir haciendo la rotación, pero como los balcones de Madrid no son tan grandes en la mayoría de los casos, en vez de ir trasladando las familias botánicas de una pastera a otra, nos tendremos que conformar, hasta que podamos irnos a vivir al campo, que es más saludable, sustituir año tras año, en la misma pastera las distintas familias. :
Primer año: Plantamos a la familia de las solanáceas.
Segundo año: Plantamos a la familia de las umbelíferas ya las liliáceas.
Tercer año: Plantamos a la familia de las compuestas, las quenopodiáceas y curcubitáceas.
Cuarto año: Plantamos leguminosas y crucíferas.
En el caso de disponer de espacio para las cuatro pasteras el siguiente cuadro indica la rotación:
Familias botánicas:
Solanáceas: Patata, tomatera, berenjena, pimientos
Leguminosas: Guisantes, garbanzos, habas, judías, soja, cacahuetes.
Compuestas: lechugas, escarola, cardos, alcachofas, aguaturmas
Umbelíferas: zanahorias, apio, apio-nabo, hinojo, perejil
Liliáceas: cebollas, puerros, ajos, espárragos
Quenopodiáceas: remolachas, espinacas, acelgas
Curcubitáceas: pepinos, calabacines, melones, sandías.
Crucíferas: coles, coles lombardas, coles chinas, coles de bruselas, coliflores, brécol, nabos, rábanos.
A medida que vayamos familiarizándonos con este sistema de cultivo, tendremos nuevas ideas para hacer aún más facil el trabajo: tutores para los tomates, macetas enganchadas a los lados de las pasteras, intercalados diferentes de cultivos. Etc. Y de esto se trata, de experimentar hasta que cada uno encuentre la forma más adecuada de hacer el trabajo en el balcón comestible, nuestro mini-huerto ecológico de la manera más sencilla, agradable y fructífera.
Entre todos podemos cambiarle la cara a Madrid, acercarnos a la profunda sabiduría contenida en la fertilidad de la tierra, participar de su misteriosa generosidad sin límites, contemplar el milagro de las semillas, empezar a comunicarnos con la naturaleza y de esa forma aprender a amarla porque nos comprometemos a conocerla en pequeñas acciones cotidianas como las que ofrece un jardín comestible en las alturas alejadas de la Tierra. Tu eliges.
Todas las imágenes del reportaje pertenecen a la escuela de agricultura ecológica en la que trabaja actualmente Gaspar Caballero en Mallorca, dentro de un proyecto de la asociación “cultura de camp” que pretende ayudar a los campesinos ecológicos a que tengan un futuro y que la cultura del campo no desaparezca. Si quiere contactar con Gaspar este es su correo: gasparcaballerodesegovia@hotmail.com
Cami des Gorg 122, Costitx 07144, Mallorca. Baleares.
Bibliografía: Paredes en Crestall.